EL CASTILLO FARO: 160 AÑOS MARCANDO NUESTRA CIUDAD A LAS GENTES DE LA MAR
Llegada esta fecha, y como persona responsable del Castillo Faro de Santa Ana en esta legislatura, me veo en la obligación de hacer partícipe con este texto, de la efemérides que hoy cumple el funcionamiento de nuestro faro, ni mas ni menos que 160 años y de una manera sencilla explicar lo que es la historia de uno de nuestros símbolos más conocidos.
El 19 de Noviembre parece muy marcado a la historia de Castro Urdiales. Si el insigne Ataulfo Argenta vio por primera vez la luz tal día como hoy hace 100 años, 60 antes se produjo un antes y un después en la localización de nuestra localidad a las gentes de la mar.
Y es que la luz, esa que como dice la canción sobre nuestro faro, que siempre va a iluminar al marinero que viene y va por alta mar, hizo presencia el 19 de Noviembre de 1853 por vez primera, con una característica de luz fija variada por destellos rojos de 3 en 3 minutos y un alcance de 13 millas.
Su primer aparato consistía en una óptica catadióptrica fija, alrededor de la cual giraban, sobre un carro circular, dos lentes verticales con filtro rojo, accionadas por una máquina de relojería.
La lampara de aceite fue sustituida por una Maris de una mecha, y finalmente, por una eléctrica en febrero de 1919.
Una siguiente obra consistió en adaptar el aparato inicial dotándolo de dos lentes exteriores más y un flotador de mercurio, además de una nueva linterna cilíndrica.
La última obra realizada fue sustituir la linterna por otra de montantes helicoidales procedente del antiguo faro de Adra ( Almería ) y una nueva instalación luminosa formada por varios paneles giratorios con lámpara de haz sellado y alumbrado de reserva a baja tensión.
Para la niebla, tiene una sirena compuesta de un único vibrador que da la “C” del código Morse repetida en periodos de 1 minuto entrando en servicio en 1953
De aquellos inicios hace 160 años, actualmente el faro de Castro emite con luz blanca, 4 destellos cada 24 segundos y un alcance de 20 millas.
Tras esta explicación, que espero que sirva de recuerdo a la historia de este emblema y llegando al final de esta serie de datos, solo me queda desear otros 160 años de vida y muchos más, a un símbolo que durante décadas ha sido nuestra seña de identidad nocturna a las bravas gentes de la mar a su paso por nuestro Castro.
José Ucelay
El 19 de Noviembre parece muy marcado a la historia de Castro Urdiales. Si el insigne Ataulfo Argenta vio por primera vez la luz tal día como hoy hace 100 años, 60 antes se produjo un antes y un después en la localización de nuestra localidad a las gentes de la mar.
Y es que la luz, esa que como dice la canción sobre nuestro faro, que siempre va a iluminar al marinero que viene y va por alta mar, hizo presencia el 19 de Noviembre de 1853 por vez primera, con una característica de luz fija variada por destellos rojos de 3 en 3 minutos y un alcance de 13 millas.
Su primer aparato consistía en una óptica catadióptrica fija, alrededor de la cual giraban, sobre un carro circular, dos lentes verticales con filtro rojo, accionadas por una máquina de relojería.
La lampara de aceite fue sustituida por una Maris de una mecha, y finalmente, por una eléctrica en febrero de 1919.
Una siguiente obra consistió en adaptar el aparato inicial dotándolo de dos lentes exteriores más y un flotador de mercurio, además de una nueva linterna cilíndrica.
La última obra realizada fue sustituir la linterna por otra de montantes helicoidales procedente del antiguo faro de Adra ( Almería ) y una nueva instalación luminosa formada por varios paneles giratorios con lámpara de haz sellado y alumbrado de reserva a baja tensión.
Para la niebla, tiene una sirena compuesta de un único vibrador que da la “C” del código Morse repetida en periodos de 1 minuto entrando en servicio en 1953
De aquellos inicios hace 160 años, actualmente el faro de Castro emite con luz blanca, 4 destellos cada 24 segundos y un alcance de 20 millas.
Tras esta explicación, que espero que sirva de recuerdo a la historia de este emblema y llegando al final de esta serie de datos, solo me queda desear otros 160 años de vida y muchos más, a un símbolo que durante décadas ha sido nuestra seña de identidad nocturna a las bravas gentes de la mar a su paso por nuestro Castro.
José Ucelay
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𝑇𝑜𝑑𝑜𝑠 𝑙𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡𝑎𝑟𝑖𝑜𝑠 𝑠𝑒𝑟𝑎́𝑛 𝑙𝑒𝑖́𝑑𝑜𝑠 𝑦 𝑚𝑜𝑑𝑒𝑟𝑎𝑑𝑜𝑠 𝑝𝑟𝑒𝑣𝑖𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒.