SINDROME DE ARROGANCIA: QUIEN NOS GOBIERNA ?
Recogiendo la base de un artículo del blog "Periodista digital", nos hacemos eco de lo que está ocurriendo en Castro en el Gobierno Municipal.
El político y psiquiatra David Owen, que fue ministro de Sanidad y de Exteriores británico, afirma que sí, que muchos de los que hoy nos gobiernan son peligrosos enfermos mentales. La enfermedad explicaría muchos de lo que al pueblo le resulta inexplicable, incluyendo las mentiras, los fracasos y las medidas contra el ciudadano, la Justicia y la razón que se están adoptando frente a la crisis.
Algunos "idiotas" creen que ser un buen político significa poder adoptar medidas dolorosas sin que les tiemble el pulso, sin que esas decisiones les afecten, por muy duras que sean. En realidad debería ocurrir lo contrario: el mejor político es el que siente dolor con sus administrados y el que duda, medita y sufre antes de adoptar decisiones graves que conllevan sufrimiento humano. Los insensibles son enfermos o canallas que han llegado al poder, mientras que los que sufren son seres humanos decentes que merecen la confianza de sus administrados.
¿Por qué ese comportamiento extraño e insensible de muchos políticos ante el sufrimiento que ellos mismos provocan o que no saben mitigar? La respuesta es que algunos políticos que hoy gobiernan son auténticos enfermos mentales, arrogantes. El poder les hace perder la cabeza, los convierte en arrogantes y soberbios, y se sitúan en una peligrosa alienación que les hace perder la noción de la realidad. Pero a otros los convierte en verdaderos y peligrosos enfermos mentales, incapacitados, según Owen, para tomar decisiones y gobernar. Cuando acceden al poder se creen dioses, propician el culto a la personalidad y muchas veces se tornan crueles. Algunos creen que esa enfermedad se da únicamente en las tiranías, pero lo cierto es que también se desarrolla en las democracias, afectando a personas que han sido elegidas en las urnas.
El síndrome, en gobernantes de las democracias, tiene sus rasgos y manifestaciones: se sienten eufóricos, no tienen escrúpulos, no son conscientes de sus errores y fracasos y son capaces de dormir a pierna suelta sin que ni siquiera les afecte el rechazo masivo de los ciudadanos o su inmensa y aterradora cosecha de fracasos, dramas y carencias que, para cualquier persona con salud mental, resultarían insoportables. Su alienación es de tal envergadura que cometen un error tras otro, porque la capacidad de análisis no les funciona y sus decisiones y medidas son producto del desequilibrio, la soberbia y la confusión extrema.
Si esos políticos enfermos estuvieran en su sano juicio, dimitirían inmediatamente, ante la evidente incapacidad psicológica para gobernar a un pueblo de hombres y mujeres libres. Deberían comprender que, sin el apoyo de los ciudadanos, que son los "soberanos" en democracia, un gobernante rechazado equivale a un tirano.
Desde Castroconfidencial observamos que en Castro dentro del Equipo de Gobierno Municipal tenemos algunos de estos políticos con el "Síndrome de la Arrogancia" y que necesariamente tiene uno o varios Grupos de Apoyo que les "jalean", les siguen los pasos y que esperan sus futuras" migajas".
Recordamos que ahora los "rebeldes" antiglobalización y los nuevos movimientos ciudadanos van a por el corrupto y desvergonzado sistema que nuestros políticos han creado, disfrazándolo de Democracia. "Game Over para los políticos", dice con razón un cartel en las acampadas. La obra que esos políticos han construido, un mundo desigual, injusto y cruel con los desposeídos, en el que los que no pueden pagar son despojados de sus viviendas y siguen endeudados hasta la muerte, en el que permanecen activos el hambre, la violencia, la inseguridad, la sed de justicia, la desigualdad y la indefensión de los humildes, es tan deleznable que ni siquiera merece permanecer en el recuerdo.
El político y psiquiatra David Owen, que fue ministro de Sanidad y de Exteriores británico, afirma que sí, que muchos de los que hoy nos gobiernan son peligrosos enfermos mentales. La enfermedad explicaría muchos de lo que al pueblo le resulta inexplicable, incluyendo las mentiras, los fracasos y las medidas contra el ciudadano, la Justicia y la razón que se están adoptando frente a la crisis.
Algunos "idiotas" creen que ser un buen político significa poder adoptar medidas dolorosas sin que les tiemble el pulso, sin que esas decisiones les afecten, por muy duras que sean. En realidad debería ocurrir lo contrario: el mejor político es el que siente dolor con sus administrados y el que duda, medita y sufre antes de adoptar decisiones graves que conllevan sufrimiento humano. Los insensibles son enfermos o canallas que han llegado al poder, mientras que los que sufren son seres humanos decentes que merecen la confianza de sus administrados.
¿Por qué ese comportamiento extraño e insensible de muchos políticos ante el sufrimiento que ellos mismos provocan o que no saben mitigar? La respuesta es que algunos políticos que hoy gobiernan son auténticos enfermos mentales, arrogantes. El poder les hace perder la cabeza, los convierte en arrogantes y soberbios, y se sitúan en una peligrosa alienación que les hace perder la noción de la realidad. Pero a otros los convierte en verdaderos y peligrosos enfermos mentales, incapacitados, según Owen, para tomar decisiones y gobernar. Cuando acceden al poder se creen dioses, propician el culto a la personalidad y muchas veces se tornan crueles. Algunos creen que esa enfermedad se da únicamente en las tiranías, pero lo cierto es que también se desarrolla en las democracias, afectando a personas que han sido elegidas en las urnas.
El síndrome, en gobernantes de las democracias, tiene sus rasgos y manifestaciones: se sienten eufóricos, no tienen escrúpulos, no son conscientes de sus errores y fracasos y son capaces de dormir a pierna suelta sin que ni siquiera les afecte el rechazo masivo de los ciudadanos o su inmensa y aterradora cosecha de fracasos, dramas y carencias que, para cualquier persona con salud mental, resultarían insoportables. Su alienación es de tal envergadura que cometen un error tras otro, porque la capacidad de análisis no les funciona y sus decisiones y medidas son producto del desequilibrio, la soberbia y la confusión extrema.
Si esos políticos enfermos estuvieran en su sano juicio, dimitirían inmediatamente, ante la evidente incapacidad psicológica para gobernar a un pueblo de hombres y mujeres libres. Deberían comprender que, sin el apoyo de los ciudadanos, que son los "soberanos" en democracia, un gobernante rechazado equivale a un tirano.
Desde Castroconfidencial observamos que en Castro dentro del Equipo de Gobierno Municipal tenemos algunos de estos políticos con el "Síndrome de la Arrogancia" y que necesariamente tiene uno o varios Grupos de Apoyo que les "jalean", les siguen los pasos y que esperan sus futuras" migajas".
Recordamos que ahora los "rebeldes" antiglobalización y los nuevos movimientos ciudadanos van a por el corrupto y desvergonzado sistema que nuestros políticos han creado, disfrazándolo de Democracia. "Game Over para los políticos", dice con razón un cartel en las acampadas. La obra que esos políticos han construido, un mundo desigual, injusto y cruel con los desposeídos, en el que los que no pueden pagar son despojados de sus viviendas y siguen endeudados hasta la muerte, en el que permanecen activos el hambre, la violencia, la inseguridad, la sed de justicia, la desigualdad y la indefensión de los humildes, es tan deleznable que ni siquiera merece permanecer en el recuerdo.
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